Blogia
CENTRO Y CONTORNO

POESÍA

METÁFORA

Me dices que la poesía,

sin la metáfora no es nada,

que mostremos mundos que no existen

y que los tapemos con bellas palabras,

que contemos algo sin fondo,

pero que impresione, que nos llegue hondo.

 

Que hagamos bellos versos,

que tiñamos nuestros sentimientos,

de cielos e infiernos, de dioses y monstruos.

Me dices: " qué importa que no se entienda",

"tú complícalo y así creerán que vale la pena".

Crea tu propio mundo y haz que los demás en él se metan,

invéntate paranoias y es cuando te tendrán en cuenta.

Cuéntales tu confusión, tu dolor,

cuéntales tus desengaños, lo que no te ocurrió,

cuéntales mentiras que acaben en amor,

invéntate historias de tristezas,

que vean que no están solos,

que cuando estén tristes,

puedan leer unas líneas de consolación.

 

Me dices que el lector tiene que participar con el autor,

tiene que sentirse parte de la historia,

no le cuentes el final,

que no quieren oír la conclusión.

Quieren crear su trama a medida que avanzan,

quieren pensar por ellos mismos, sin enseñanzas.

Me dices que no cree versos que aclaren,

que enseñen a ser más feliz,

a intentar reír y vivir,

que no quieren eso,

que quieren tristeza, llanto, confusión,

que quieren un mundo de dolor.

Que no quieren cambiar,

que si piensan por sí mismos,

quién les va a escuchar,

que no quieren que les ilumines,

que quieren verte llorar,

quieren verte rogar,

así ante ellos pareces menos y ellos más.

 

Me dices que la poesía tiene que ser eso,

un instrumento para desahogarnos,

donde la alegría está prohibida,

que sirve para ver qué perdimos y a quien odiamos,

no para mostrar lo que tenemos,

o para decir gracias por el cariño que nos han dado.

Que sirve para echar la culpa a quien amamos,

porque nos hace sufrir,

porque les maldecimos por ser así,

no es para mostrar que no les comprendemos,

para decir que también nos equivocamos,

que a veces sólo nos acordamos de lo malo.

 

Me dices que sirve para pasear por nuestro valle de lágrimas,

haciéndonos mártires porque nadie nos ama,

porque todo nos sale mal,

porque recordamos cosas que nunca sucederán.

Tenemos que escribir todo esto,

así parece que tenemos mundo interior,

que nos han hecho daño,

que tenemos roto el corazón.

Indaga en tu pasado y escarba en tus heridas,

intenta no olvidar tus gritos y conviértelos en tinta.

 

Tal vez lo que dices sea verdad,

al fin y al cabo la poesía,

sólo muestra lo que tenemos en nuestro interior,

pero no olvides que tú eliges,

tú eliges sobre lo que quieres escribir,

sobre si te hace o no más feliz.

 

Alfredo Cuervo Barrero ©

TAN LEJOS

Cuando ya no queda nada,

cuando toda mi soledad se une,

y sus gritos se oyen en mis lágrimas,

lejos parece el día,

en que tuve alguna esperanza,

lejos parece el día,

que ciegamente confiaba en mis palabras.

 

Cuando ya mi corazón se ha cansado,

de soportar el dolor,

que le devuelven los latidos

que él da con tanto amor,

lejos parece ese recuerdo,

que inunda mi sonrisa,

que me da la paz que mi corazón necesita.

 

Cuando todos los caminos que camino,

al darme la vuelta se tuercen,

y al girar por sus esquinas,

laberintos me devuelven,

lejos está la ilusión por la meta,

por querer andar sin importar lo que venga.

 

Y es que tan lejos están tantas cosas,

que pensando en ellas,

me vuelvo de nuevo un niño,

tan lejos están tantos sueños,

que siempre que los atrapo,

tan pronto los retengo,

como luego me despierto sin ellos.

Tan lejos están tantas miradas,

que ya no veo la ternura de tus ojos,

las confundo con tantos miedos,

con tantos falsos recuerdos,

que ya no sé si es verdad o no lo que siento,

ya no sé si el recuerdo de esos ojos,

me dará la suficiente fuerza,

para luchar por lo que quiero.

 

Y es que cuando tu persona,

es sólo ya un fantasma,

que se desvanece entre las sombras,

que se pierde y no se encuentra,

y que todo lo que siente ya no le importa.

Cuando el tiempo parece que no pasa,

y tus suspiros se vuelven eternos,

y tus súplicas no son contestadas,

lejos parece esa luz que te renueva,

que aparecía de tan dentro de tu alma,

que con su calor te inspiraba tanta confianza.

Lejos están tantas cosas,

que la vida me parece tan larga,

aún cuando sólo nos ha mostrado,

la primera parte de su enseñanza.

Lejos están tantos sueños,

que me cuesta ya soñarlos,

y más me cuesta retenerlos conmigo,

para intentar hacer con ellos algo digno.

 

Alfredo Cuervo Barrero ©

EXALTACIÓN

 

¿ Quién eres que has aparecido en mi vida,

sin que yo en ningún momento te buscase?,

que con sólo una mirada te ha bastado,

para obligar a mis ojos a que no dejen de mirarte.

 

¿ Quién eres que con sólo un segundo,

has logrado ya robar mi exaltado corazón?,

que me tienes atrapado y no puedo huir sin dolor.

Y quién eres que hoy te he visto una vez más,

pasando delante de mi vida,

y de nuevo mi mente se ha creado un mundo,

en el que sólo tu existías.

 

Un mundo en el que el aire que respiro,

me devuelve parte de tus suaves suspiros,

un mundo en el que las nubes de cielo,

se transforman en tus ojos, en tu pelo,

en tus labios, en todo lo que de ti deseo,

un mundo en el que todos los sonidos que me rodean,

son reflejo de tu tranquilizadora voz,

que me susurran al oído,

hermosas palabras que dan mi paz interior.

 

Sólo quiero estar eternamente contigo,

unir mi mundo al tuyo para que veas lo que siento,

tenerte tan cerca de mí que escuche hasta tu silencio,

soñarte en mis sueños y morirme si despierto.

Significas todo en esta vida para mí,

aún no te conozco pero sé que es así,

sé que hemos nacido para querernos,

sé que lo que siento por ti es auténtico.

 

Sólo quiero que llegue mañana para volverte a ver,

para intentar acercarme más a ti,

para ver si poco a poco te consigo hacer feliz.

¿Sabes?, todo esto es nuevo para mí,

no sé cómo comportarme, no sé si he de ser así,

no sé si verdaderamente te gusto,

si todo este amor que me atormenta dará sus frutos.

 

No sé lo que nos deparará el mañana,

pero espero que el destino cruce nuestras vidas,

igual que ayer hizo cruzar nuestras miradas.

¡Son tantas las cosas que quiero vivir contigo!,

que ya empiezo a olvidarme de mí y de mis amigos,

que ya empiezo a temblar con tu presencia por mis latidos.

¡Son tantos los nuevos sentimientos que ahora siento!,

que me volvería loco si me dijeras , " ey, que no te quiero".

 

Pero los días pasan y aún no te hablado,

algo me impide comportarme con naturalidad,

te veo con otra gente y no dejo de sentirme mal.

Por las noches ya apenas puedo dormir,

¿de dónde tengo que sacar las fuerzas,

para acercarme sin miedo hacia ti?

 

¿Dónde tengo que buscar para comprender todo esto,

para tranquilizar a todo este dolor que siento?

Siempre llega mañana con la misma historia,

contigo lejos sin que para mí pasen las horas,

con tu imagen calcándose en mi pensamiento,

con extraños sentimientos que me dicen que sólo eres un sueño.

Siempre llega mañana y nunca sucede nada,

mi ansia me deprime por no tenerte cuando vuelvo solo a casa,

cuando por las noches te recuerdo llorando en mi cama,

cuando me doy cuenta que pierdo el tiempo con todas mis ganas.

 

Y pasan los meses y aún no me has hablado,

cómo quieres que te quiera,

si te doy todo lo que tú no me estás dando,

si las ilusiones que no se alimentan,

mueren tarde o temprano.

Si todo esto que siento por ti no me es correspondido,

sólo en mis sueños me creo ya capaz de estar contigo.

Durante todo este tiempo sólo he pensado en ti,

te puse por encima de todo, incluso de mí,

y esto es lo que he recibido a cambio,

solamente dolor, ¿es esto a lo que llaman amor?,

¿es así como este sentimiento te puede hacer feliz?,

¿es que simplemente consiste en sufrir?.

La verdad es que ya estoy cansado,

tal vez te idolatré demasiado,

tal vez aún no sepa lo que es amar,

tal vez me inventé una diosa a la que poder adorar.

 

¿Quién fuiste que has logrado,

quedarte para siempre en mi interior?

Que tu imagen me hace soñar tan lejos,

que muchas veces me pierdo,

y al volver ya no me acuerdo de lo que era ser yo.

Que me has provocado tantas preguntas,

a las que todavía no he podido encontrar solución.

¿Quién fuiste que despertaste en mi,

sentimientos que no conocía?,

que ocupaste la mayor parte de mi tiempo,

que ya no te tengo pues en el fondo nunca has sido mía.

 

Alfredo Cuervo Barrero ©

MIL MÁSCARAS

Muchas veces me veo fingiendo,

fingiendo ante la gente, ante la vida, ante mi.

Diciendo cosas que no pienso,

y pensando cosas que no siento,

recordando momentos que no han sucedido,

y deseando sueños que no necesito.

Engañándome con miedos que no tienen sentido,

y protegiéndome con escudas mentiras,

de todo aquello que me hace ser distinto.

 

Es como si quisiera no defraudar a nadie,

como si me impusiera caer bien a todo el mundo,

como si tuviera mil máscaras,

con las que dar a cada uno de lo suyo.

Hay veces en las que no me atrevo a decir no,

en las que tengo miedo a expresar lo que pienso,

en las que algo me impide mostrar,

todo lo que aquí dentro tengo.

Y me escudo tras una afirmación o una sonrisa,

tras un guiño o un " lo que tu digas".

 

No me atrevo a expresar verdaderamente lo que siento,

me importa más lo que de mi digan,

que lo que yo les cuento,

me importa más ganarme por encima de todo su cariño,

que ser con orgullo yo mismo,

me importa más darles continuamente la razón,

que utilizar mi criterio aunque no me den su aprobación.

 

Finjo, finjo para no caer mal a la gente,

para ganarme de cada uno de ellos su respeto,

para tener la irreal ilusión de que me quieren,

para sentirme protegido en un mundo que no comprendo.

Finjo, y cada vez me siento más perdido,

más alejado de lo que verdaderamente quiero,

aunque tal vez ahí esté el principio de todo,

que no sé muy bien qué es lo que deseo,

que no sé muy bien como soy,

que no sé cuál es el camino ni a donde voy.

 

Alfredo Cuervo Barrero ©

EL INICIO

Sólo se trata de crear un lugar,

al que poder acudir para respirar,

donde poder sumergirte en un océano de letras,

y contemplar lo que has sido, lo que eres y lo que serás,

vaciarte durante un momento de todo lo vivido,

plasmarlo y darle forma para que tenga sentido,

buscar en lo más profundo de tu interior,

verdades y mentiras que se mezclan,

que se confunden y se tapan unas con otras,

hasta el punto tardío de darte cuenta,

que impulsos y costumbres son los que te controlan.

 

Adentrarte en ti para descubrir tu yo,

para romper barreras y crear otras nuevas,

separando lo real de lo inventado,

lo original de lo puesto de antemano,

transformando ese caos que en ti habita,

equilibrando los diarios altibajos,

poniendo palabras a todo aquello que nos limita,

dejando atrás lo que el tiempo se lleva,

sin que nadie ni nada se lo impida.

 

Comprobar que lo más difícil no es escribir,

sino actuar de acorde con lo escrito,

hacer lo primero cuando lo segundo haya sucedido,

exteriorizar lo que en el papel has puesto con tanto mimo,

no sirve de nada ensalzarte y vanagloriarte de algo,

si los folios y tu cuarto son los únicos testigos.

 

Empezar por donde hay que empezar, por el inicio,

recordando, analizando, reviviendo,

los pasos que te han llevado a este punto exacto,

donde despiertas anhelos y pensamientos dormidos,

donde tu ser se ha puesto en frente tuyo,

y te ha dicho que ya no valen más caminos falsos,

más atajos que siempre hacen que llegues con retraso,

más excusas que te dejan al desamparo.

 

Sólo vale aquello por lo que más has luchado,

no lo dejes nunca y aprende a respetarlo,

yo quiero saber lo que es digno de verdad,

lo que vale la pena y lo que no te tiene ni que molestar,

por eso hoy, me lo voy a empezar a contar.

 

Alfredo Cuervo Barrero ©